Formación a entrenadores en el Fenix Basket Club: aprender de los mejores
En el Fenix Basket Club tenemos una convicción clara: para que nuestros jugadores crezcan, nuestros entrenadores también deben hacerlo. La formación continua de nuestro staff técnico no es un extra, es la base de nuestro proyecto. Creemos firmemente que invertir en quienes enseñan es invertir en quienes aprenden, y que el éxito del club se construye desde los entrenadores hacia los jugadores.
Dos jornadas para abrir la temporada
Con ese espíritu, hemos iniciado la temporada con dos jornadas de formación que han marcado un punto de partida muy especial.
La primera, dirigida por Manuel Mateo, Director Técnico del club, se centró en recordar las claves de planificación y metodología, además de orientar a los nuevos ayudantes que se incorporan como segundos entrenadores. En muchos casos, son jugadores que comienzan a dar sus primeros pasos como técnicos, siempre acompañados por un entrenador titulado y con experiencia. Una fórmula que garantiza que cada entrenamiento sea una oportunidad real de aprendizaje y crecimiento.
La segunda jornada fue algo extraordinario: tuvimos el honor de contar con Jota Cuspinera, un entrenador de gran prestigio en el baloncesto español, con una amplia trayectoria en la Liga ACB (Estudiantes, Fuenlabrada, Zaragoza) y experiencia en cuerpos técnicos de la Selección Española en categorías de formación. Su visita fue mucho más que una charla: fue una auténtica clase magistral, desarrollada además junto al equipo Cadete Femenino, que pudo entrenar bajo sus indicaciones y vivir una experiencia inolvidable.


Lo que nos enseñó Jota Cuspinera
La sesión de Jota fue un compendio de detalles, metodología y filosofía de baloncesto. Cada idea tenía un propósito claro y directo, y todos los entrenadores salimos con aprendizajes concretos que ya estamos aplicando en pista. Entre los puntos más destacados:
- Saludar y preguntar siempre al inicio: no se trata de empezar a entrenar sin más, sino de generar conexión. Un “¿cómo estáis?” sincero crea confianza y clima positivo desde el minuto uno.
- Usar las preguntas como herramienta: plantear dudas en lugar de dar siempre la respuesta. “¿Hay preguntas? ¿Lo hacemos una vez más despacio?” fomenta la reflexión y hace que el jugador piense, no solo repita.
- Conos vs referencias espaciales: entrenar con referencias reales de la pista, no solo con conos, para que el aprendizaje tenga aplicación directa en el juego.
- La técnica del pase de pecho: Jota explicó que el pase nace desde la barriga, entendiendo los vectores de fuerza, y que es la mano no dominante la que rota sobre el balón mientras la dominante permanece fija. Un detalle que cambia la precisión y la potencia.
- El reto como motivación: usar desafíos que ataquen el ego positivamente, para que los jugadores sientan el deseo de superarse.
- Correr al ser llamados: inculcar la disciplina de responder con energía y compromiso inmediato.
- Ser específicos en las indicaciones: cada corrección debe ser clara y concreta, porque un detalle bien transmitido evita perder tiempo y mejora el resultado.
- Invertir tiempo, no perderlo: entrenar es aprovechar cada minuto con intención. La calidad está por encima de la cantidad.
- Defender con las manos activas: nada de brazos muertos. Mantener las manos arriba, tocando el balón, incomodando siempre al rival.
- Ajustar la dificultad: los ejercicios deben ser lo bastante exigentes para hacer progresar, pero alcanzables para no frustrar. Ahí está el equilibrio.
- La intensidad como mejora inmediata: subir el ritmo y la exigencia física ya produce avances significativos en el equipo.
- Cruzar pies en defensa: frente al clásico desplazamiento lateral, trabajar el cruce de pies para ganar agilidad y eficacia.
- Usar estímulos reales: entrenar con situaciones y referencias que luego los jugadores se van a encontrar en partido.
- Todo tiene un por qué: cada ejercicio, cada indicación, cada detalle. Nada se hace al azar, y transmitir el sentido detrás de cada acción da confianza al jugador.


Una experiencia transformadora
Más allá de lo técnico, lo que Jota transmitió fue una forma de entender el baloncesto. Nos recordó que entrenar no es solo repetir ejercicios: es enseñar, motivar y transformar. Nuestros entrenadores aprendieron a ser más conscientes de cómo influyen en sus jugadores, no solo en su rendimiento deportivo, sino en su crecimiento personal y en su manera de entender el esfuerzo y el trabajo en equipo.
El equipo Cadete Femenino fue parte activa de la sesión. Sus jugadoras vivieron un entrenamiento diferente, intenso y exigente, en el que cada corrección se convirtió en un aprendizaje directo. Para ellas fue un regalo entrenar bajo la mirada y la dirección de un técnico del nivel de Cuspinera.
Gracias, Jota
Desde el Fenix Basket Club queremos dar las gracias a Jota Cuspinera por su tiempo, por su generosidad y por compartir con nosotros una visión que nos inspira a seguir creciendo. Sus enseñanzas no solo mejoran a nuestros entrenadores, también elevan a todo el club.
En Fenix lo tenemos claro: invertir en entrenadores es invertir en jugadores, en equipos y en personas. Cada jornada de formación es un paso adelante hacia el futuro del baloncesto que queremos construir.



