Fomentar la pasión del niño por el baloncesto, buscando su adherencia a este deporte desde el comienzo.
Aumentar la carga de trabajo técnico-táctico centrado en la mejora individual del jugador de baloncesto, buscando lograr su mejor versión.
Entender el juego como herramienta fundamental para el desarrollo del niño como persona y jugador de baloncesto.
El niño debe estar constantemente activo, buscando el máximo aprovechamiento de las sesiones y el contacto continuo con el balón.
Lograr que el niño llegue a su respuesta correcta mediante métodos de descubrimiento y experimentación propios.
Dar espacio al niño para que desarrolle toda su creatividad y talento de una forma guiada y enfocada a un objetivo.
Entender el error como parte del juego y del proceso normal de aprendizaje. Saber aceptarlo, aprender de él y superarlo.